Adolf Hitler
(Braunau am Inn, Austria, 20 de abril de 1889 - Berlín, 30 de abril de 1945)
Sin Título
A veces, en las noches amargas,
voy al roble de Wotan.
Rodeado de silencioso fulgor,
Para forjar una alianza
con los poderes nocturnos.
Las letras rúnicas
que hace la luna con su mágico hechizo
y todos quienes durante el día están llenos de impudicia,
¡Se vuelven pequeños ante la fórmula mágica!
Ellos arrojan lanzas de acero
pero en vez de dar en el blanco,
Se solidifican en estalagmitas.
Así, los falsos son separados de los verdaderos.
Yo llego a un nido de espadas
y doy entonces con mi fórmula
Bendiciones y prosperidad
para los buenos y para los justos.
(1926)
Tu Madre
Cuando tu madre haya ya envejecido,
Cuando sus amorosos y esperanzados ojos
ya no vean la vida como alguna vez lo hicieron,
Cuando sus pies, ya cansados,
No puedan ya sostenerla mientras camina -
Entonces, entrégale tu brazo en apoyo,
Acompáñala con alegría,
Vendrá la hora en que, sollozando,
deberás acompañarla en sus últimos pasos.
Y si algo te pregunta,
entonces dale una respuesta.
Y si te pregunta de nuevo, ¡Háblale!
Y si te pregunta aún otra vez, respóndele,
No impacientemente, sino con gentil calma.
Y si no puede ella entenderte con claridad,
explícale todo con gentil alegría.
Vendrá la hora, la amarga hora,
en que sus labios no preguntarán nada más.
(1923)
Fuente: Salbuchi, Adrián; El profeta de la Edad de Hierro, Ed. Sudamericana; pág. 90
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