sábado, 29 de diciembre de 2012

RECONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD EN NUESTRAS OBRAS



POR: Cristina Pizarro
Preliminares
Tomando como punto de partida que la identidad es un proceso de interacción social, es importante rastrear las distintas modalidades según los períodos del Iluminismo, la Revolución Industrial y los tiempos modernos.
El sujeto del Iluminismo es un sujeto individualista y predomina su capacidad de razonar (Renacimiento del siglo XVI y la Ilustración del Siglo XVIII). No hay diferencia entre los seres.
El sujeto de la Revolución Industrial ya no es autónomo y autosuficiente sino que se forma en relación a los “otros significativos” ligados a la cultura del mundo que el sujeto habita.
El sujeto postmoderno se desestabiliza, vive fragmentado, escindido, en medio de las contrariedades, en una sociedad que se caracteriza por la diferencia.
El sujeto postmoderno se ha ido conformando por la inclusión de los aportes del capitalismo marxista, la noción del inconsciente. Hay heridas narcisistas que ubican al sujeto en otra dimensión. Ya no puede dominar su razón, depende de las relaciones sociales. El cambio de lugar del rol de la mujer también provocó modificaciones.
Es interesante considerar el aporte de Paul Ricoeur acerca de la identidad narrativa, en tanto destaca el tiempo, la historia, la memoria en la construcción identitaria.
Somos protagonistas de diferentes historias y narrar los episodios y acontecimientos de nuestras vidas nos da la posibilidad de hacerlos inteligibles para nosotros mismos y los demás.
La ilación, la coherencia produce un entramado argumental y de esa manera llegamos a conocer y comprender el mundo social. Para Ricoeur, “comprender no es ya entonces un modo de conocimiento, sino más bien un modo de ser, el modo de ser del ser que existe al comprender.”
La narratividad es el flujo de quién soy hoy, quién he estado siendo y lo que sucederá después.
Habiendo hecho hincapié en los rasgos del sujeto, proponemos una reconstrucción  de la identidad que no sólo sufre quiebres, sino que se perfila en nuevas formas más sólidas cuando se enraízan en la organización de una trama constituida por la interacción vincular de personajes protagónicos y antagónicos.
Un camino posible es la exploración de un espacio biográfico o autobiográfico que brindará el sustento de la creación.
Para abordar este estudio, es importante considerar algunos aspectos:
1.- Hibridización y descentramiento.

Para el abordaje del espacio biográfico, nuestro punto de partida está constituido por los ejes de la narración, la identidad y lo dialógico, situados en un contexto en que es necesario considerar la modernidad y la postmodernidad, que nos brindarán la oportunidad de enfocar los géneros literarios que integran el campo de lo biográfico (memorias, correspondencias, diarios íntimos, entrevistas, etc.).
Necesitamos realizar una exploración del sujeto  en los distintos momentos históricos mencionados. En la metafísica moderna, encontramos un sujeto autónomo, centrado y transparente, mientras que en la postmodernidad, hallaremos un sujeto descentrado (según el postestructuralismo) y un sujeto construido en torno a un vacío (según Lacan)
Se producirá una hibridización en la cultura y por ende también en los géneros literarios. Estamos ante una conformación de nuevas áreas de indecibilidad en el conjunto complejo social/institucional y como base para el despliegue de juegos de lenguaje más radicales, que ponen en cuestión los puntos de referencia de la certeza.
El dialogismo de Bajtin nos lleva a la otredad, heterogeneidad, a la alienación de toda identidad.
Podemos entender  otredad, en tanto el sujeto que expresa su discurso a otro que se constituye a través de aquel.

2.- Búsqueda de trascendencia.
El ser humano necesita dejar huellas, rastros, inscripciones de su singularidad que es un tiempo de búsqueda de trascendencia. Lo biográfico alude a distintos géneros discursivos: biografías, autobiografías, confesiones, memorias, diarios íntimos, correspondencia
Entre los rasgos que irrumpen en los géneros discursivos a partir de la postmodernidad podemos considerar la crisis de los grandes relatos legitimantes, la pérdida de la certeza y fundamentos de la ciencia, la filosofía, el arte, la política, el descentramiento del sujeto, la valorización de los microrrelatos, el desplazamiento del punto de mira omnisciente y ordenado en beneficio de la pluralidad de voces, la hibridación. La mezcla irreverente de cánones, retóricas, paradigmas y estilos.
Según Bajtin en Estética de la creación verbal,  el eje de la concepción de género discursivo, apunta a la heterogeneidad, el diálogo intertextual.
La vida se narra a varias voces considerando el eje de la temporalidad .Es  importante situarse en ese “mientras “. Mientras esto sucede, a mí me atraviesan una diversidad de cosas.
La identidad se entrama en un intertexto histórico, social, cultural, corporal. En síntesis en el devenir de la vida.

3.- Hacia la construcción de la identidad.

Hay una indagación constante en el campo de las ciencias sociales, de las ciencias del lenguaje, la Lingüística, el psicoanálisis. No es una sumatoria, sino una articulación. Una búsqueda reflexiva de compatibilidades conceptuales
 Debemos destacar los rasgos del discurso de lo autobiográfico en la errancia, el desdoblamiento, el desvío, la máscara, las perturbaciones de la identidad
La falla y el vacío constitutivo del sujeto provocan la necesidad de identificación en un espacio en que el ser está habitado por la otredad del lenguaje.
El anclaje en la narratividad, que dará una forma ordenada al relato, favorece la construcción de la identidad.

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