jueves, 1 de marzo de 2012

HOMENAJE: JOSÉ SARAMAGO LA LUCIDEZ DEL CERRAJERO

NOTA DE LA REDACCIÓN

José Saramago nació en Azinhaga (Portugal) en 1922. Antes de responder a la llamada de la literatura trabajó en diversos oficios, desde cerrajero o mecánico, hasta editor.

En 1947 publicó su primera novela, Tierra de pecado. Pese a las críticas estimulantes que por entonces recibió, el autor, decidió permanecer sin publicar más de veinte años. Pero, a finales de los sesenta se presentó con dos libros de poemas: Os poemas possiveis (Poemas posibles) y Provavelmente alegria" (Probablemente alegría) (parte de un ciclo que completaría en 1975 con O ano de 1993 (El año de 1993)). Puede que la demorada publicación de sus textos sea el motivo por el que numerosos críticos lo consideraran un «autor tardío». Saramago fue dueño de un mundo libro a libro. Su trabajo narrativo gozó de una admiración sin límites a través de La balsa de piedra, (1986), Historia del cerco de Lisboa, (1989), El evangelio según Jesucristo, (1991), Casi un objeto, (1994), Viaje a Portugal, (1995) o Ensayo sobre la ceguera, (1996), entre otros. Distin- guido por su labor con numerosos galardones y doctorados Honoris Causa (por las Universidades de Turín, Sevilla, Manchester, Castilla-La Mancha y Bra- silia), el Premio Camoes, equivalente al Premio Cervantes en los países de lengua portuguesa y el Premio Nobel de Literatura, 1998, ha fallecido en la isla de Lanzarote a la edad de 87 años el 18 de Junio del corriente año. Fue uno de los admiradores de Pessoa y, por esta admiración, su poesía ha sido considerada pessoniana.

A veces, la isla habitada

En la isla a veces habitada de lo que somos, hay noches,

/mañanas y madrugadas en que no necesitamos morir.

En ese momento sabemos todo lo que fue y será.

El mundo se nos aparece explicado definitivamente y entra

/en nosotros una gran serenidad, y se dicen las palabras que

/la significan.

Levantamos un puñado de tierra y la apretamos en las manos. Con dulzura.

Allí está toda la verdad soportable: el contorno, la voluntad

/y los límites.

Podemos en ese momento decir que somos libres, con la paz y con la sonrisa de quien se reconoce y viajó alrededor del mundo infatigable, porque mordió el alma hasta sus huesos.

Liberemos sin apuro la tierra donde ocurren milagros

/como el agua, la piedra y la raíz.

Cada uno de nosotros es en este momento la vida.

Que eso nos baste.

REVISTA LA GUILLOTINA Nº 17 TERCERA ÉPOCA INV-PRIM/2010

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