II (Siesta)
Los ecos reverberan
Silenciando el silencio,
La brisa se escabulle
Hacia parajes extraños;
Los dorados rayos solares
Queman perezosos pedregales...
Mas, ¿quién ha de venir aquí,
A estas desoladas horas?
Escritor del Grupo Misioletras
PUBLICADO EN EL Nº 10 OTOÑO 2007
Cierto, nadie quiere quemarse con el sol.
ResponderEliminarGracias por el comentario!!!
EliminarAsí es Gabriela!!! "Desoladas horas"; horas sin sol... Sólo soledad y oscuridad!!!
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