Lafinur nació en Cañada Honda, San Luis, el 27 de enero de 1797 y falleció el 31 de agosto de 1824 en Santiago de Chile. Estudió en Córdoba en el Colegio Montserrat y se graduó de Bachiller, Licenciado y Maestro en Artes y Filosofía. En 1814 fue expulsado de la Universidad y se incorporó al Ejército del Norte al mando del Gral. Belgrano. Durante el gobierno de Pueyrredón solicitó la baja del ejército por razones familiares. En Buenos Aires ganó por concurso la cátedra de Filosofía en el Colegio de la Unión del Sud cuando tenía 22 años. Fundó la tribuna periodística con «El curioso» y se destacó como poeta, músico y periodista, esta última actividad lo obligará a emigrar a Mendoza y luego a Chile. Instalado en Chile completa sus estudios de Dereho y escribe en los principales diarios chilenos: «El Mercurio», «El Liberal», «El interrogante». Su literatura, nos dice Rojas, pertenece al género de la «poesía de asunto heroico y político, por lo tanto, este abnegado y notable puntano, pertenece a la Generación Neoclásica de Mayo junto a Esteban de Luca, Juan Cruz Varela, Vicente López y Planes, Juan María Gutiérrez, entre otros. Lafinur exaltó poéticamente los episodios de la epopeya nacional entre los que se destacan: «Oda a la jornada de Maipo»; «Oda a la Libertad de Lima»; «Canto fúnebre», «Himno Patriótico»; «A ella»; «A una rosa». También dejó entre su obra una tesis: «Curso de Filosofía». Lafinur fue tío abuelo paterno de Borges. Borges le dedicó un ensayo y el poema «La moneda de hierro».
A una rosa
Señora de la selva, augusta rosa,
orgullo de septiembre, honor del prado,
que no te despedace el cierzo osado
ni marchite la helada rigurosa.
Goza más: a las manos de mi hermosa
pasa tu tronco; y lugo el agraciado
cabello adorna, y el color rosado,
al ver su rostro, aumenta vergonzosa.
Recógeme estas lágrimas que lloro
en tu nevado seno, y si te toca
a los labios llegar de la que adoro,
también mi llanto hacia su dulce boca
correrá, probáralo, y dirá luego:
esta rosa está abierta a puro fuego.
Himno Patriótico
(fragmento del Coro)
La Patria a las naciones
muestra hoy el rostro hermoso
y el genio poderoso
le traza un mismo rol:
—«Sed libres»— las naciones
le dicen más remotas.
—«tus cadenas son rotas
ilustre hija del sol»—.
Entre afanes y penas,
dispuso la Fortuna
que tuviera su cuna
la libertad del Sud;
por romper las cadenas
sufrimos sus reveses;
ella nos faltó a veces,
más nunca la virtud.
Cuando Chile oprimido
sin libertad zozobra,
Cuyo prepara la obra
de su restauración
atenta a su gemido
no hay riesgos que sean grandes;
que aún se abrirán los Andes
al ya es de la legión.
Pero el caudillo al frente
de sus legiones fieles
desprecia estos laureles
buscando nuevo afán.
Revuelve en su alta mente
los cuidados que anima.
................................
Cuyo les dio su lanza
y su inmortalidad;
si sus grillos rompiero
con virtud y fortuna,
en Cuyo ved la cuna
de tu felicidad.
Del saber la alta cumbre
ilumina hoy al mundo,
y un grito, el más profundo,
se oye que dice así:
No hay más servidumbre;
hombres son los colonos,
dice: y mil tronos
desplómanse por sí.
Nº 9 Tercera Época Verano 2006/2007
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