martes, 29 de septiembre de 2009

Ruth FERNÁNDEZ

LAS CABRAS

Vengo de imaginar nubes
entre el alto verde
de una amarga conjunción de razas.
Acaudillada en la mentira
una voz
y la feroz huida
para la muerte junto al pasto.
Oraciones y noches
entrelazan una plegaria
inerme, un canto
y un balido.
Vuelvo de inaugurar
una crucifixión
entre las cabras,
esas tiernas ojeras
de la tierra
también testimonios insomnes
de nuestra América.
Aquí
donde cualquier
lastimado pie es una pezuña
arañando la desesperación
del cemento.
Ellas, sin quejas
puro corazón de buey
amamantando al mercenario
en tanto viven
mansedumbre culpable
de los apátridas.
Hasta cuando –me digo-
el dolor americano
nos sumirá en el mestizo
corazón de la geografía?
Y se tantea en lo alto
una ceremonia
y se golpea en las estrellas
con la impotencia del
informe, sucio callo
preparado para el desquite.
Ni siquiera llorar
al ancho viento
en la rebelde actitud
asalariada
porque están ahí
mudos
como las cabras
entre la sangre del trigo.
Pero cuidado
que también están atentos
largamente atentos
al luto emancipado
listos ya para el tremendo
estallido de su piel.


MEMORIA NUMERO UNO

Asumo el infinito
desde todos mis huesos.
Desesperadamente existo
buscando la hoja
el trampolín creciendo
regresándome en agonías
de palabras, de manos
de huídas asesinas
plurales dimensiones
que no me pertenecen.

Me pregunto
dónde quedarán las aguas
los pastos y las criaturas
de la sangre
que fueron desde siempre.
Cómo se me acortan los ángulos
del cielo
cuando la respiración
queda tras de mí
sola
sin su esencia.

Entonces
bastará únicamente
la cósmica memoria
donde durmieron mis penas.

TIEMPO NUMERO CUATRO

Y es que la piel oscura de estas fundaciones
no era apetecible a los del norte.
Porque éramos criaturas venidas
desde adentro del polvo
con nuestros runa-uturuncos y nuestros kakuy y
las bellísimas dinastías mutiladas
en el canto de las primaveras.

Fuimos también el eslabón de vinos y de hojas
traídos en barcos de carga
en barcos de sangre
esos que poblaron las condenas
la extinción de los antepasados
el abierto vientre de América Latina.

Y fue la sustancia de los sueños inmigrantes
con sus asombros lejanos
en la plaza las madrugadas desnudas y la voz
de aquella que amó al pueblo
junto al borde de las calles.
Esa como de espuma de fuego
como hermana del grito de Juana Azurduy
la que aún ahora mira al porvenir
desde más allá de la Historia.

Es ella latiendo sola a la intemperie
abierto su costado en amarillas tinieblas
oh garza de ala sensible
estas ahí con tu cara lavada
y tus velos de muerte.
Porque sigues como brizna y naufragio
como piedra hirviente y furiosa
emplumada de desafíos.
Porque vienes Eva Perón
y me visitas en el oscuro rescoldo
de los pechos de cenizas en las novias que
bajan de la montaña con los pies brumosos
de los dueños de mi tierra.
Y todo es humo y sol y alarido violeta
frágil envoltorio de rescate
que sigue brillando en la eternidad
como una pequeña lágrima.


* Runa uturunco: Hombre tigre en lengua quechua
* Kakuy: Leyenda del norte argentino que narra la transformación de una niña en pájaro

Ruth FERNÁNDEZ, nació en Córdoba. estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Tucumán y Antropología en la Universidad de Buenos Aires. Fue integrante del PROCUIN (Programa de Investigación sobre culturas integradas del CONICET). En poesía publicó: El credo y la sangre, El cazador de la Luna, Amor sobre la piel del tiempo, El Sol y la rebelión, El libro de las invocaciones, Hombre de todos los soles y una Antología Poética. En ensayo: Fijman, el poeta celestial y su obra; El pensamiento mágico en Dolores Etchecopar; Dramatismo y Filosofía en la poesía de Héctor Villanueva; Originalidad en la obra de Aurora Venturini y dos volúmenes de ensayos sobre poetas argentinos. Autora de teatro para niños, estrenó en el Teatro Gral. San Marín, en 1974, Robolín, un viaje a las estrellas. Colaboró en los diarios Clarín, La Prensa y otros medios periodísticos del país y del extranjero.
Obtuvo las siguientes distinciones: Tercer Premio Ciudad de Dolores, Mención municipal de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires; Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (2 veces), Primera mención de Honor del Premio “Alejandra Pizarnik” de la Fundación Argentina para la Poesía, Premio Dodero (Fundación Argentina para la Poesía); Tercer premio de la Secretaría de Cultura de Buenos Aires, Mención especial de la Secretaría de Cultura de la Nación, Primer Premio “María Adela Agudo” de Santiago del Estero y distinguida como Socia Honoraria por la Asociación de Poetas Argentinos (APOA)
Ha dictado conferencias en España, Costa Rica, México y EE. UU. Parte de su obra fue traducida al inglés, griego, italiano y francés.
Ruth Fernández fue tucumana por adopción.

PUBLICADO EN EL Nº 14 INVIERNO 2008

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