lunes, 28 de septiembre de 2009

Daniel Balmaceda


VOLCANES

Envuelto en un insomnio blanco
entero de certeza,
con los ojos bien abiertos
tratando de encontrar
los influjos oscuros de las soledades,
sostengo el aliento y desato
mis reproches.
La noche lentamente se hace carne
en mi conciencia,
mientras los miedos se destilan
en los rincones del silencio.
Justo al límite, de un grito encarcelado
en mis penumbras
la nostalgia; se transfigura en recuerdos
que se juega la suerte del sol
al otro lado del camino.
Entonces… espero, respiro mi locura
para acuñar de los días por venir la fe
a las suelas gastadas de mis caminos perdidos.
Ya no voy a esperar que las estrellas
me bendigan;
mas iré y volcaré los volcanes
más siniestros
sobre las sales del destino
que abortan mis sueños.
Romperé las estatuas de mi vida
y he de parir mi corazón
aun en los días que despierte mal herido,
guardando mis entrañas en vuelo
de la rapaz desdicha.
Si la victoria se quedara ciega
en la batalla de mis cuentas,
las soledades de mis tinos,
las soledades de mis cielos,
las vestiré en hábito
de mis mundos sutiles
y cambiaré de alma cuando quiera
al filo de mis costumbres recién nacidas.

Poeta Nacido en la Provincia de San Juan
PUBLICADO EN EL Nº 9 Verano 2006/07

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