sábado, 26 de septiembre de 2009

Irma Cuña


La boca
pequeña y separada
planea en su rostro como un ave de
/viaje.
Todos los rasgos terminan allí,
en el filo recostado.
Secreta es la boca del príncipe,
antigua
y virginal,
socavada en la vigilia de la muerte.

Un año entero preparó sus armas,
y
cuando lo asaetearon en la plaza,
colgaban los brazos desarmados y
los flojos dedos de la ofrenda.
Le fue suprimida
la gracia
de juntar
las manos suavemente.
Todo él cayó hacia la tierra
donde sin embargo se alza.
Ni rencor
ni amor
tiene todo el tiempo del descarnado
que giró sobre su propio silencio.
De El príncipe


La Definitiva

Antes de que dejaras de latir
en la clínica aislada y antiséptica,
pude hablar un momento y resumirte
la cuota de noticias de la prensa.
(Estabas tan inquieto,
tan afuera
de toda la esperanza de la tierra.)
Preguntaste la fecha;
murmuraste: “no más asesinatos...”
dijiste: “como me esta doliendo...”

Seguís doliendo adentro,
pero afuera
tu país
cada vez
más
duele.

El cuenta
gota a gota
su muchedumbre de fantasmas,
y ha repudiado mis manos.

Solamente un día
confundió la voz con un espejo.
Su respuesta fue una ola de arena.

Aún está secando mi piel
y deslumbrando de sílice mi pelo.

De El extraño


Poética


como los escarabajos negros
que vuelan corto entre las amapolas
y luego caen
-redondos y dorados de polen-
sobre los pastos,
así suelen andar los poetas
transmitiendo la vida
-a pesar de todo-
y amapolados.

De El riesgo del olvido

Poeta de la Provincia de Neuquén
PUBLICADO EN EL Nº 8 Tercera Época Primavera 2005

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog